¿Es comida la única recompensa?

Premio y recompensa perro

Existen situaciones en las que las recompensas tradicionales para reforzar un comportamiento determinado repentinamente dejan de surtir efecto. El perro ignora sabrosos trozos de carne o su premio favorito, incluso si se les coloca frente a su hocico, y gira la cabeza en la otra dirección como si fuera a decir “¡ahora no!” En tales instantes, no conviene insistir recompensarlos por esta vía. Forzarle que acepte el premio introduciéndolo en la boca causa incomodidad al perro. El resultado es que el comportamiento positivo no se ha reforzado.

Premio y recompensa perro

La pregunta obvia es que si no se puede recompensar con comida, ¿con qué entonces? Existen varias alternativas, que no son universales, ya que no todos los perros responden de la misma manera ante un cierto reforzador. Además, un determinado reforzador puede funcionar muy bien con un perro en una situación específica; no obstante, es necesario cambiar de reforzador cuando se entrenan otras situaciones.

Los reforzadores alternativos clásicos son los juguetes (pelota, muñecos de goma, disco frisbee etc.) y los juegos (tirar de la cuerda, perseguir el perrro, corretearlo etc.). Pero existen diversos otros como por ejemplo la caricia (si tu perro ama el contacto físico), los ejercicios de obediencia canina y el soltarlo para que juegue o corra libremente. En ciertos casos, cuando el perro se siente amenazado, el guiarlo inmediatamente para alejarlo de la amenaza puede constituir un premio para reforzar un cierto comportamiento (por ejemplo, el ignorar y evitar a un perro amenazador).

El secreto de la recompensa adecuada – especialmente en situaciones críticas – radica en observar el tipo de reacción del dueño que le resulta agradable al perro. Si eliges la recompensa adecuada para cada tipo de comportamiento deseable, el perro mostrará el comportamiento deseado con mayor frecuencia.

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