El secreto de una buena relación perro-dueño

Adiestrador de perros en Lima

El trato adecuado requiere, además de las necesidades básicas tales como suficiente espacio, la posibilidad de socializarse, alimentación buena y suficiente, un lugar seco para dormir y atención veterinaria, principalmente la integración del perro en la familia. Él necesita un dueño  que le defina un marco claro de acción dentro del cual puede actuar con independencia. Mantener un perro en un kennel o en algún lugar solitario y triste en el jardín no es tratar adecuadamente a la mascota, independientemente de su raza.

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Para tener una relación plena, usted debe aceptar al perro como lo que es: un perro, un ser de un género diferente con el cual se puede establecer una comunicación y un entendimiento mutuo. Primero tenemos que tratar de entender a nuestro perro, para luego ser entendido por él. Esta coexistencia es un placer, pero necesitamos valorar y respetar la esencia de nuestro perro y reconocer lo que es: quiere ser un perro al que no debemos humanizar. Es un ser vivo que nos acompaña por un cierto período de tiempo a través de la vida y para el cual somos responsables.

Un perro necesita sobre todo su tiempo. Una gran cantidad de tiempo. Día tras día. El trato adecuado del perro significa la vida común de las personas  y el perro. La unión más fuerte es aquella en que los perros participan en la vida y son parte de la rutina diaria de la familia, participando activamente en ella.

Dale tareas a tu perro para que él tenga la sensación de ser un miembro útil de la familia. Inventa ejercicios lúdicos y tareas variadas, siempre diseñados para que tu perro pueda hacer correctamente lo máximo posible. Proporciónale un sentido de logro. Demuéstrale lo mucho que le gusta su comportamiento, estimúlalo. El éxito de su perro es tu éxito. Y la alegría aumenta su calidad de vida.

La relación se afianza mediante el juego, que puede incluir elementos de obediencia; esto revela el verdadero carácter de un perro que participa en toda actividad y obedece, ya que su dueño tiene algo que ofrecerle.

Si te dedicas a tu perro, entonces ambos llegan a conocerse bien, aprenden cómo el otro reacciona, lo que les gusta y lo que no, lo que les interesa y lo que no. El entendimiento mutuo es cada vez mayor, lo cual acentúa la confianza, el afecto y respeto. El resultado es una “correa invisible” de una buena relación perro-dueño que facilita enormemente la coexistencia entre los seres humanos y los perros y convierten al perro y su dueño en una unidad y un equipo de ensueño.

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