Las fibras de nylon hacen que el fieltro de las pelotas de tenis sea resistente y duradero a la abrasión, pero en la boca de perros actúa como papel de lija abrasivo que desgasta rápidamente los dientes.
Incluso si el perro sólo se lleva la pelota de tenis a la boca y no lo mastica, con el tiempo el esmalte de varios o incluso todos los dientes puede desaparecer. Además, fibras finas pueden meterse de manera inadvertida entre los dientes y las encías y causar inflamaciones dolorosas.
También la arena o la suciedad que se deposita sobre en la capa de fieltro de la pelota suele ser lesiva a los dientes de los perros. Cuando se mastica la pelota, ésta libera vapor de suavizantes químicos insalubres así como nitrógeno, que es muy desagradable para la nariz fina del perro, pudiendo afectar seriamente el poder olfativo del can durante horas.
Si el perro destroza la pelota y se come las piezas de goma, éstas pueden provocar una obstrucción intestinal.
Afortunadamente, hay muchas alternativas. En las tiendas de animales se pueden adquirir pelotas de tenis adecuadas, ya que están hechas principalmente de fibras de algodón no nocivas para los perros. Las pelotas están llenas de aire, sin gas y sin presión interna. En la producción no se emplean sustancias tóxicas y adhesivos. Estas pelotas saltan también, flotan y se pueden lavar en la lavadora. Muy adecuadas para el juego son las pelotas de goma o de malla.