Existen varios elementos de obediencia básica que todo perro tiene que aprender. Por ejemplo, es importante que el perro suelte algo de su hocico si representa un peligro. O que no le salte a las personas para saludarlas. El perro tiene que venir cuando lo llamas. Si no, tampoco habrán paseos sin correa.
Pero, ¿quién dice que esto solamente funciona si eres estricto y duro?
Al contrario: Especialmente con las cosas que son muy importantes, es importante que tu perro esté lleno de entusiasmo.
¡La motivación es todo!
Haz que ejercicios de obediencia se conviertan en el pasatiempo favorito de tu perro. Entrena a tu perro desde el primer momento con alegría y no con presión y ansiedad. ¿Qué le gusta mucho a tu perro? ¿Cómo puedes incorporar esto en el entrenamiento?
¡Con alegría se aprende mejor!
La psicología del aprendizaje ha demostrado que emociones positivas facilitan el mismo. El miedo, la intimidación y la presión por su parte inhiben el éxito del aprendizaje y bloquean lo que ya se ha aprendido.
¡Alegría refuerza el vínculo!
Si tu perro no te tiene miedo y todo el entrenamiento se basa en alegría y confianza, tu perro va a confiar en tí en los momentos críticos.
Depende de tí cuánta alegría tu perro siente por las cosas importantes de la vida y cuán bien funcionan.