El bulldog francés tiene una salud bastante robusta en comparación con otras variedades de bulldogs. Hace algunas décadas, la esperanza de vida de esta popular raza era de entre 8 y 10 años. Hoy en día, según los expertos, con buen cuidado, pueden llegar hasta los 13 años.
Para preservar la salud de su amigo cuadrúpedo, el dueño debería prestar atención a ciertas particularidades que resultan de las características físicas del bulldog francés.
Los profundos pliegues de piel debajo de los ojos son propensos a las infecciones y siempre deben mantenerse secos y limpios.
El bulldog francés no puede regular muy bien su temperatura corporal, porque su respiración está limitada por la cara plana. Su pelo fino también contribuye a la falta de control de temperatura. Debido a estas características especiales, el bulldog francés no se adecúa para vivir afuera. Siempre necesita protección solar y no debe estar expuesto a temperaturas extremas. Esta raza es particularmente vulnerable al calor del verano. El dueño siempre debe proporcionarle un área sombreada y agua fresca. Se debe evitar esfuerzo físico durante horas de calor.
El bulldog francés es especialmente propenso a las siguientes enfermedades:
Enfermedad de von Willebrand; este es el nombre de un trastorno hereditario de la coagulación sanguínea que se observa en varias razas y que afecta a machos y hembras por igual. Los animales en los cuales se diagnosticó la enfermedad de von Willebrand deben ser excluidos de la cría.
Los síntomas que presenta esta enfermedad son:
- Sangrado de las encías
- Hemorragias nasales
- Sangre en la orina
Enfermedad de la tiroides; Los trastornos de la tiroides son relativamente frecuentes en los bulldogs franceses. Son también una de las causas de diversas enfermedades y alergias de la piel. Particularmente con frecuencia se observa que el can lame sus pies de manera obsesiva y quistes interdigitales.