La gran mayoría de las personas cree que existen razas de perros particularmente agresivos y peligrosos tales como el rottweiler, el american staffordshire, el pitbull y el pastor belga malinois entre otros. Estos perros se caracterizan por ser generalmente medianos a grandes, y con cabeza y hocico anchos.
En realidad, no existen razas de perros inherentemente agresivos. Cada perro es el producto de su socialización (especialmente durante las primeras semanas) y su educación.
Por lo contrario. Miles de perros pertenecientes a estas razas viven en hogares con familias y niños y jamás muestran algún tipo inusual de agresión. Cientos de ellos incluso desempeñan la labor de perros de terapia, de asistencia, de rescate, de detección de ataques de epilepsia o hipoglucemia, etc.
Lamentablemente, miles de personas son mordidas por perros todos los días. En Bucarest, Rumanía, existe incluso una clínica especializada que sólo atiende a personas mordidas por perros. Según fuentes propias, en promedio a 200 personas al día. Obviamente, la mordida de un perro de raza grande causa más daño que la de una de un perro de raza pequeña. Las mordidas de perros pequeños generalmente no se denuncian o se curan en casa sin acudir a un médico o una clínica. Esto tergiversa las estadísticas, creando la impresión de que los perros grandes muerden con más frecuencia.
Independientemente de raza, tamaño, color o propiedad física, la única razón por la cual un perro es agresivo hacia otros perros o hacia personas es su educación (o ausencia de la misma) por parte de dueños irresponsables, algunos de los cuales intentan fomentar la agresión de sus mascotas, muchas veces como supuesto elemento de seguridad, sin pensar en las consecuencias.